
Cómo empezar a escribir un libro:
3 Trucos para comenzar tu libro con gancho
Si vas a comenzar a escribir un libro: ¿sabes quién compite con tu libro?
No son otros libros de la misma temática.
Son las series de Netflix o Amazon prime, el WhatsApp, Instagram, los videos en YouTube y las redes sociales.
Estamos en un mundo donde vence el que consigue captar la atención.
Así que vamos con tres trucos que puedes usar para que tu forma de escribir tenga fuerza y consigas enganchar a tus lectores.
¿Vamos con el primer truco?
Los comienzos de los capítulos de tu libro deben tener gancho.
Podemos utilizar: pequeñas historias, preguntas, frases sorprendentes o una estadística.
Vamos a ver ejemplo de cada uno de este tipo de comienzos.
Uno de los comienzos con más gancho son los que se centran en pequeñas historias.
Historias con las que tu lector se identifique.
Y por favor, cuenta esa historia de forma visual. Intenta evocar una imagen en la mente del lector, como si el lector visualizara lo que pudiera ver una cámara.
Mira como comienza uno de los libros más vendidos de desarrollo personal: “Sin Miedo” de Rafael Santandreu:
María José es una hermosa mujer de 50 años extremadamente simpática.
Luce una melena castaña clara que le cae ondulada hasta más abajo de los hombros.
Vive en Alicante y le encanta pasear por la playa con su perrita.
Se ha casado en dos ocasiones y trabaja como funcionaria. Recuerdo el primer día de consulta cuando me explicaba su problema de ansiedad que le torturaba hacía 25 años.
Vamos con otro ejemplo de bestseller: “Hábitos Atómicos“ de James Clear.
Así comienza su libro:
El último día de mi primer año de bachillerato, un bate de béisbol me golpeó en plena cara.
Uno de mis compañeros intentó hacer un movimiento largo para pegarle a la pelota.
Pero el bate se le resbaló y voló y voló hacia mí antes de golpearme directamente entre los ojos.
No conservo el recuerdo del momento justo del impacto. El bate me aplasto la cara de tal manera que mi nariz se transformó en una especie de U distorsionada.
¿Ves que fuerza tienen estos comienzos?
Cuentan una pequeña historia con la que el lector o lectora se va a sentir identificado y se exponen con un lenguaje muy visual. Huye del lenguaje abstracto.
Otro tipo de gancho que puedes usar para el comienzo de los capítulos de tu libro aparte de las pequeñas historias son:
Una o varias preguntas que inciten a seguir leyendo el texto.
Sobre todo, preguntas que resuenen en la mente de tu lector. Puede ser algo relacionado con su “punto de dolor”, o algo que espera alcanzar.
El longseller: La liberación del alma de Michael A. Singer, comienza uno de sus capítulos con varias preguntas:
¿Te has preguntado alguna vez porque está esa voz ahí dentro? ¿Cómo decide qué decir y cuándo decirlo? ¿Cuánto de lo que dice termina siendo verdad? ¿Cuánto de lo que dice es siquiera importante?
Para el lector objetivo de este libro, son preguntas que captan su atención porque son preguntas que se habrá hecho y esto hace que se identifique con la situación en la que se encuentra.
Otro tipo de comienzo con fuerza es usar una afirmación o frase sorprendente.
Uno de los primeros capítulos del conocido libro de Harv Eker: “Los secretos de la mente millonaria” comienza con esta frase impactante:
Principio de riqueza: Si me das cinco minutos, puedo predecir el futuro económico que tendrás el resto de tu vida
¿Invita a seguir leyendo? ¡claro que sí!
O, fíjate cómo comienza el libro de la famosa Boticaria García:
El jamón de york no existe, el pan rústico se fabrica en naves industriales y encontrar cangrejo en unos palitos de cangrejo es más difícil que buscar a Wally.
Menuda afirmación sorprendente ¿no?
Y…. ¿Vamos con otro tipo de comienzo con gancho?
Uno de los capítulos de mi último libro: 1.000 Palabras al día, comienza con el resultado de una encuesta:
“Según el New York times, un 81 % de las personas tiene un libro dentro, que en algún momento de su vida espera escribir”
Con estos comienzos provocarás que el lector siga leyendo el libro con interés.
Eso si recuerda usar un lenguaje visual, no abstracto y piensa en el lector tipo al que te diriges para buscar esa pequeña historia, pregunta, afirmación sorprendente o estadística.
¿Vamos con el segundo truco?
El lector acostumbrado a leer blogs, páginas web o periódicos digitales, en los que muchas veces no se fijan más que en los titulares, no retiene fragmentos extensos.
Así que, si quieres que sigan leyendo el texto de tu libro: «Airea» los párrafos. Utiliza las comas, los puntos, el punto y coma.
Si puedes, evita más de 10 líneas seguidas en un mismo párrafo y evita también las frases de más de 25 palabras, trocéalas mejor en varias frases.
El famoso libro de Yuval Noah Harari : “Sapiens” es un fiel reflejo de esta máxima. Frases de no más de 25 palabras. Son frases cortas, separadas, por comas, puntos o puntos y coma.
Además de párrafos y frases cortas, usa palabras que no tengan demasiadas letras.
El manual de estilo del diario: “The Economist” dice sobre las palabras: usa palabras cortas, que sean fáciles de deletrear y fáciles de entender.
Así que usa: la palabra “alrededor” en lugar de la palabra “aproximadamente” que es más larga. O la palabra: “después” en lugar de “a continuación”; «uso» en lugar de «utilización». O por ejemplo es mejor describir los países subdesarrollados como “pobres”. ¿Me sigues?
¿Vamos entonces con el último truco?
Vamos a hablar de analogías.
Las analogías y las comparaciones sirven para que los lectores conozcan la importancia y el sentido de las cosas. Le dan mucho sentido a tu mensaje.
Por ejemplo, si decimos que un autor ha vendido miles de ejemplares es interesante como dato, pero si añadimos que es el autor que más libros ha vendido este año en Amazon en español por encima de la última novela de Perez Reverte, esta comparativa le da más interés. El lector lo retiene mejor.
O, por ejemplo, es mejor que decir: «Rusia tiene una extensión de 17 millones de km², es decir, caben 30 Españas».
Las analogías utilízalas sobre todo cuando tengas que explicar alguna idea abstracta. Ayudará mucho a entender esa idea y que el lector no se aburra y deje de leer, que es lo último que queremos que haga.
Para comenzar una analogía te recomiendo que uses expresiones del tipo: «Imaginemos que…», «Por ejemplo…», «Para explicarlo mejor…», «Equivale a…». Te ayudará a presentarla.
Espero que estos tres trucos te ayuden a que tus comienzos de libro o de cada capítulo tengan fuerza para enganchar al lector y conseguir que lea tu libro de principio a fin.
Cuéntanos en qué servicio estás interesado.