
Es lógico que una vez que hemos decidido escribir un libro y ya tenemos clara la temática y el lector objetivo, nos vengamos arriba. Visualizamos ese momento de tener el libro en nuestras manos, incluso algunos ya se imaginan firmándolo en la feria del libro de su ciudad.
Pero tras ese proceso que es como una montana rusa, viene el primer bajón. Empiezan a llegar a nuestro cerebro muchas ideas, contenidos, ejemplos, experiencias vividas, etc., y son tantas y tan dispersas que surge la siguiente pregunta: ¿como organizamos todo ese batiburrillo?
Tienes mucha información e ideas en tu cabeza, no obstante, sacar todo para que el lector lo entienda fácil y sencillo es otra cosa.
Y lo peor es que a medida que pasan los días, esa madeja se va enredando.
Sin ruta, no hay libro.
No empieces a escribir hasta que tengas bien claro el indice de contenidos de tu libro, aunque no sea el definitivo y luego a medida que escribas, necesites modificarlo. De hecho, es muy posible que lo tengas que rehacer; no obstante, es importante que partas de una estructura muy trabajada.
He comprobado que la mayoría de los libros que se quedan en el camino es por falta de una estructura, por no haber organizado bien los contenidos antes de que el autor escriba una sola linea.
¿Por que es tan importante el indice de contenidos de un libro? Hay dos razones:
Un remedio sencillo y muy efectivo es ir anotándolos.
Antes de ponerte a escribir, dedica entre 7 y 10 días a sacar ese libro que ya tienes pensado. Para ello te vendrá muy bien ordenar todo lo que se te vaya ocurriendo a base de post-its, tarjetas o un cuaderno como el que tengo yo por aquí.
A lo largo del día te van a venir a la cabeza muchos temas que pueden ser interesantes para incluir. Apunta cada idea en un post-it o en este cuaderno.
Tienes que estar atento, porque esas ideas te asaltaran antes de acostarte, al levantarte, conduciendo o incluso en la ducha. Y esto ultimo es muy habitual.
Esas anotaciones pueden ser un contenido especifico, una frase que no quieres que se te olvide, una experiencia personal que viene al pelo para explicar algún concepto, una estadística o dato que refrende un argumento, una cita, etc.
Cada uno de ellos, apúntalos en el cuaderno, veras que hay tres tipos de anotaciones: notas muy breves o etiquetas, ideas concretas que son notas con mas texto o ideas mas extensas que necesitan una explicación.
Pero recuerda: no tienes que explicarlo con detalle ni mucho menos, solo lo necesario para que sepas luego a que te refieres.
Ten cuidado con un síntoma muy peligroso que aparece en esta fase y en la de escribir, que es ir incorporando temas y mas temas, son los famosos «y si…»: «y si también menciono esto…»; «y si también incluyo aquello…». Es mejor que destierres estos «y si…» de tu cabeza ya que puedes acabar cayendo en la dispersión y en un bloqueo que te impida escribir. Céntrate solo en tu idea inicial y en tu temática.
Una vez que tengas anotadas todas tus notas en los diferentes capítulos ya tienes el esqueleto de tu libro. Necesitaras un tiempo para ponerlas el orden.
Y una vez hecho esto ya es el momento de ponerte a escribir ese gran libro que antes tenias disperso en tu cabeza y que ahora ya lo tienes organizado. Cuentas con un guion que te hará mas fácil la escritura de tu libro y te evitara muchos bloqueos.
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